Según Uzbekistán se va abriendo al mundo, los uzbekos, especialmente los estudiantes universitarios, miran hacia Estados Unidos y el resto de Occidente. El inglés es la mejor forma mediante la cual los jóvenes uzbekos están aprovechando este acercamiento.
Futuros prometedores
Muchos jóvenes uzbekos quieren ser bilingües en inglés. En las universidades de la capital, Tashkent, los estudiantes uzbekos se apuntan a clases de inglés. Para muchos, este nuevo idioma representa una ruptura con el pasado y la oportunidad de un nuevo futuro. Para los jóvenes, el inglés es una herramienta natural para progresar en el trabajo. Tal y como me dijo un estudiante, “el inglés me ayudará a hacer contactos y hacer que mi negocio prospere”. Para muchas de las estudiantes con las que hablé, el inglés es un medio para trabajar como traductoras o seguir estudiando.
Estudiar inglés trae consigo beneficios tangibles, de los que los uzbekos ya se están beneficiando. Según el Caspian Policy Center, el turismo en Uzbekistán “se ha multiplicado por cinco en los últimos tres años”. Esto se debe en parte gracias a los turistas europeos y estadounidenses y, según van visitando el país más ciudadanos occidentales, los uzbekos con conocimientos de inglés encuentran oportunidades en la industria turística, especialmente como guías y dueños de operadores turísticos. Muchos universitarios uzbekos se han dado cuenta de ello y es por eso que hay una alta demanda de clases inglés, como puede atestiguar la Universidad Estatal de Tashkent de Lengua y Literatura Uzbeka (TSUULL). Esta universidad es la preferida por la mayoría de aquellos que estudian para traductor o intérprete. “Ninguna gran empresa en Uzbekistán me tomaría en serio sin saber inglés”, me dijo uno de sus estudiantes. La nueva generación de uzbekos tiene muy claro la importancia del inglés para los negocios, especialmente el turismo.
Una inversión para la democracia y la creación de la sociedad civil
Los uzbekos se toman la educación muy en serio, con muchos de ellos estudiando másteres y doctorados. Para muchos estudiantes, tanto en la capital como en las provincias, estudiar inglés es un paso necesario para poder continuar sus estudios en EE.UU. y Europa. Antes la educación en el extranjero era algo reservado para las élites, pero ahora que muchas universidades están ofreciendo clases de inglés, estudiantes de todo trasfondo económico aspiran a estudiar en países de habla inglesa. Una de las ventajas que esto conlleva es que, al volver del extranjero, los estudiantes traigan con ellos ideales occidentales que contribuyan al desarrollo y apertura de Uzbekistán.
Desde la caída de la Unión Soviética y hasta los primeros años del 2000, el gobierno uzbeko financió programas de grado y máster de estudiantes uzbekos en países extranjeros a través de un programa llamado Umid. Al completar sus estudios, estos estudiantes debían volver al país y la mayoría de ellos acababa trabajando para el gobierno. Este programa permitió que funcionaros educados en Occidente desempeñasen un papel importante en las políticas del gobierno uzbeko. Desafortunadamente, este programa llegó a su fin cuando las relaciones con Occidente empezaron a deteriorase en la primera década del 2000.
Hoy en día, Uzbekistán ofrece una beca para estudiantes de posgrado a través de la Fundación Karimov. Al completar sus estudios, los becados también deben volver a Uzbekistán aunque no están obligados a trabajar para el gobierno. Mientras que algunos de estos estudiantes han acabado trabajando para la Administración, no hay suficientes datos o testimonios para analizar su impacto. Sin embargo, cualquier estudiante uzbeko educado en Occidente traerá con él algunas ideas que ayuden al establecimiento de la democracia en el país.
Retos
Incluso teniendo en cuenta que programas como Fulbright están contribuyendo al país con capital humano, todavía faltan profesores de inglés cualificados en el país. En las universidades, es difícil encontrar a profesores de inglés nativos, lo que afecta negativamente a la hora de enseñar el idioma. Además, muchas universidades no disponen de libros de texto para estudiantes y profesores. Si dispusiesen de estos materiales lectivos, el nivel mejoraría. Si los Estados Unidos y Europa quieren influir más en la región, incluyendo Uzbekistán, la manera más efectiva de hacerlo es través del inglés.
Las democracias occidentales deberían continuar apoyando al desarrollo del inglés en Uzbekistán, no solamente para satisfacer el deseo de los estudiantes, sino también porque se trata de una oportunidad para avanzar en la diseminación de ideales occidentales en una sociedad muy influenciada por Rusia y China. Al ofrecer más clases de inglés, se logrará ver un cambio real y un mayor aprecio por Occidente.
Relaciones exteriores
Los idiomas tiene un elemento de poder blando en ellos, y el antiguo presidente Islam Karimov trató de mitigarlo. Bajo su mandato, Uzbekistán se mantuvo aislada de las potencias extranjeras que trataron influenciar sus políticas y relaciones domésticas. Los centros de aprendizaje del inglés eran escasos en la capital y no existían fuera de ella.
Sin embargo, Rusia siempre ha estado presente, ya que todavía considera a las repúblicas de Asia Central dentro de su esfera de influencia. Por ello, los colegios rusos y las escuelas de ruso están presentes en todo el país. En los primeros 2000, cuando EE.UU. empezó a jugar un papel más importante en la región debido a la guerra en Afganistán, más uzbekos empezaron a aprender inglés. Pero en el 2005 las relaciones entre los EE.UU. y Uzbekistán se vieron deterioradas por la matanza de Andijan. Durante ese periodo, hubo un resurgir en las relaciones bilaterales entre Moscú y Tashkent, y el ruso se volvió más importante en el país.
No obstante, cuando el presidente Karimov falleció en el 2016 y fue sucedido por el reformista Shavkat Mirziyoyev, la dinámica cambió de nuevo. Mirziyoyev ha buscado equilibrar la influencia de Rusia, Estados Unidos y, más recientemente, China. Según aumenta la competencia entre los tres países, también lo hará su influencia dentro de Uzbekistán en términos educativos. A través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta, China también ha tratado de convencer a los jóvenes uzbekos de la importancia del chino. Mientras China tiene alguna escuela de idiomas y un Instituto Confucio en Tashkent, en las provincias el chino no tiene peso. La mayoría de los uzbekos no tiene la intención de aprender ninguno de los dialectos del chino, e incluso no es una opción en la mayoría de las universidades.
Al contrario, los EE.UU. y el Reino Unido han tenido más fortuna a la hora de avanzar sus intereses a través del inglés. Esto es evidente en la política educativa de Uzbekistán. Desde niños, a los uzbekos se les ensena ahora inglés y muchas universidades en la capital dan clases en inglés o tienen departamentos de habla inglesa. Ambas naciones tienen escuelas de idiomas por todo el país y ofrecen clases gratis de conversación en sus embajadas.
Mientras que el ruso seguirá siendo la lingua franca en los negocios en los próximos años, los Estados Unidos y los países europeos pueden influenciar significativamente en la educación y las reformas democráticas a través del poder blando del idioma. De momento, el inglés parece estar ganando esta batalla, especialmente gracias a las nuevas generaciones que ven en el inglés una herramienta para alcanzar sus objetivos. Aunque, como se ha visto en el pasado, las cosas puedan cambiar rápidamente en Uzbekistán, así que sólo el tiempo nos dirá qué idioma usará el pueblo uzbeko para su vida diaria y sus negocios.
La opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de Blue Domes