El viaje del ministro de Exteriores turco a Asia Central le llevó a Turkmenistán, Kirguistán y Uzbekistán, pero fue en este último país en el que pasó la mayor del tiempo y en el que firmó los acuerdos más destacables.
Del 5 al 10 de marzo, Mevlut Cavusoglu se embarcó en una gira por tres naciones centroasiáticas. El objetivo del viaje era, en teoría, discutir sobre las relaciones bilaterales así como sobre eventos regionales, algo común en dicho tipo de encuentros. Sin embargo, la forma en la que las visitas se desarrollaron puso de manifiesto que, de entre los tres países, Uzbekistán era el principal motivo detrás del tour de ministro turco.
Devolviendo la visita en Turkmenistán
Cavusoglu empezó su gira en Turkmenistán, llegando en la tarde del 5 de marzo. El día siguiente se reunió en Asjabad en primera instancia con su homólogo turcomano, Rashit Meredov. Todo un déjà vu del encuentro que ambos mantuvieron hace dos semanas durante la visita de Meredov a Turquía.

Posteriormente, Cavusoglu fue recibido por el presidente del país, Gurbanguly Berdimujámedov. Según la agencia estatal de noticias de Turkmenistán, turcomano y turco hablaron sobre temas relacionados con el comercio, la energía, el transporte y las comunicaciones. Se dio un especial énfasis a la cumbre a tres bandas entre Turquía, Turkmenistán y Azerbaiyán y, desde el lado turcomano, a la participación de empresas turcas en los proyectos de infraestructura en Turkmenistán.
Es difícil entender por qué, dos semanas después de que el ministro de Exteriores turcomano se viese con Cavusoglu y el presidente turco en Ankara, la visita fue devuelta tan pronto, sin tiempo a que se haya avanzado en nada. La explicación más razonable tiene que ver con lo mal que estaría visto en Turkmenistán que la visita a Asia Central del ministro turco no incluyese una parada en Asjabad. Esto es especialmente relevante ya que se está hablando en la actualidad de llevar gas turcomano a Europa a través de Turquía, sin olvidar el mercado que representa Turkmenistán para las empresas turcas, especialmente en el sector de la construcción.
La Ruda de la Seda en Uzbekistán
Tras Asjabad, Cavusoglu llegó a Uzbekistán, donde estuvo del 6 al 9 de marzo. En vez de limitarse a la capital, como hizo en Turkmenistán y más tarde haría en Kirguistán, el ministro turco visitó las ciudades de Jiva, Bujará y Samarcanda. En estas conocidas localidades de la Ruta de la Seda, visitó las atracciones turísticas habituales, aunque el motivo de su estancia en Samarcanda fue más allá de visitar el conocido Registán.

En la antigua capital de Tamerlán, Cavusoglu inauguró el nuevo consulado turco. Una clara muestra de las intenciones de Turquía para extender su influencia en Uzbekistán. Hay que destacar que el de Samarcanda es el segundo consulado turco en la región tras el de Almatí (Kazajstán). Además, se trata de la segunda legación diplomática en la ciudad, que hasta este momento solamente contaba con la representación del vecino Kazajstán.
En la capital uzbeka, Tashkent, Cavusoglu mantuvo sendas reuniones con el ministro de Asuntos Exteriores, Abdulaziz Kamilov, que le había acompañado desde Jiva, el ministro de Inversiones y Comercio Exterior, Sardor Umurzakov, y el presidente Shavkat Mirziyoyev.
La firma de un tratado de comercio preferencial y el comienzo de las negociaciones para un tratado de libre comercio eran algunos de los objetivos de la visita de Cavusoglu. Uzbekistán se está convirtiendo en un mercado importante para Turquía. El año pasado, Turquía abrió el mayor número de empresas extranjeras en la nación centroasiática, representando el 18% de las creadas en el 2020. El número de firmas con capital turco en Uzbekistán ya asciende a las 1.611. Además, el comercio bilateral se duplicó en el periodo 2016-2019, pasando de 1.240$ millones a 2.370$ millones.
Siguiendo en esta línea, ambos lados acordaron la celebración de la Comisión Intergubernamental de Comercio y Cooperación así como una reunión de negocios con empresarios de los dos países que tendrá lugar este mayo en Tashkent. A esto habría que añadir la visita a Uzbekistán del presidente turco con motivo de la segunda cumbre del Consejo Turco-Uzbeco de Cooperación Estratégica. Se trataría de devolver la visita que Mirziyoyev hizo el curso pasado a Turquía.

Poder blando en Kirguistán
Después de Tashkent, Cavusogly voló a Bishkek, donde estuvo del 9 al 10 de marzo. En la capital kirguiza se reunió con el presidente Sadyr Japárov, el primer ministro Ulukbek Maripov y el ministro de Exteriores Ruslan Kazakbayev. Una vez más, el objetivo del viaje estaba relacionado con el comercio, con la delegación turca esperando poder empezar a negociar un tratado de comercio preferencial como antesala de un tratado de libre comercio.
El viaje también tuvo una vertiente cultural, con la visita al museo de Chinguiz Aitmátov, la apertura de un laboratorio en la Universidad de Manas Kirguistán-Turquía y la celebración de un foro diplomático en dicha institución. En una conferencia junto a Kazakbayev, Cavusoglu también anunció la próxima apertura de un colegio de la Fundación Maarif, el primer en Asia Central, llenando de esta manera el vacío dejado por la clausura de las escuelas ligadas al movimiento Gulen.
Desde la independencia de las repúblicas centroasiáticas, la región ha recibido la atención de la política exterior turca. El optimismo de los 90, cuando se veía en Asia Central una oportunidad de expandir la influencia turca y un nuevo mercado, no se materializó del todo. Aunque Turquía está presente, especialmente a través de empresas y con un cierto grado de poder blando, sigue estando muy por detrás de Rusia, China y otros actores principales.
La apertura del Uzbekistán de Mirziyoyev representa una oportunidad para que Turquía estreche lazos con el país más poblado de Asia Central, así como para que Uzbekistán diversifique su política exterior. La reciente gira del ministro turco de Asuntos Exteriores, y su relativamente larga estancia en Uzbekistán, es otro indicio de la creciente importancia que Uzbekistán tiene en la política turca para Asia Central.