Los deportes, como otros muchos aspectos de la vida cotidiana, han sufrido un parón global a raíz de la pandemia de coronavirus. A los fanáticos del fútbol no les queda otra que ver por enésima vez partidos de tiempos pasados o resúmenes de los mismos mientras esperan que se vuelvan a retomar pronto las competiciones nacionales e internacionales. Sin embargo, puede que se alegren al saber que todavía hay un puñado de países en los que el fútbol sigue su curso, y dos de ellos están en Asia Central: Tayikistán y Turkmenistán.
Grandes aglomeraciones de público, como las que tienen lugar durante eventos deportivos, suelen ser las primeras bajas en la lucha de los gobiernos por detener la expansión del virus. Una tras otra, las competiciones de fútbol han sido canceladas a lo largo del mundo. ¿Pero qué ocurre si los gobiernos no reconocen el problema del COVID-19 o niegan que esté presente en su país?
Tanto Tayikistán como Turkmenistán no han informado de casos de coronavirus, al menos oficialmente. Ambos países han introducido medidas preventivas diferentes, como el cierre de mezquitas en Tayikistán o la prohibición de desplazamientos interregionales en Turkmenistán. Sin embargo, el fútbol no para, dando una dudosa sensación de normalidad.
El fútbol como relaciones públicas en Tayikistán
Tayikistán fue el primero de los países centroasiáticos en anunciar que el fútbol seguiría tal y como estaba planeado. No habría público en las gradas para prevenir posibles contagios, pero aparte de eso la competición doméstica seguiría adelante.
La temporada comenzó el 4 de abril con la final de la Supercopa entre el equipo del régimen, el Istiklol, vigentes campeones de liga y copa, y el Khujand, subcampeón liguero. Como era de esperar, los favoritos ganaron por 2-1. Desde entonces, ya han transcurrido dos jornadas en la liga de diez equipos, con el Istiklol como líder.
La Federación Tayika de Fútbol está tratando de atraer a aquellos amantes del fútbol que ansían ver a veintidós jugadores en el césped y retransmite los partidos a través de su cuenta de twitter. Ya no hay excusas para no saber el resultado de un, esperemos que emocionante, Istaravshan – Fayzkand. Además de ello, está transmitiendo mensajes de ánimo a aquellos países afectados por el virus, como se pudo ver durante el partido de este fin de semana entre el Istiklol y el CSKA Pamir Dusambé. En algunas de las vallas publicitarias podía leerse “Stay strong, Spain! Tajikistan is praying for you!” (¡Sé fuerte, España! ¡Tayikistán está rezando por ti!). El gesto de Alisher Dzhalilov del Istiklol al marcar un gol y dirigirse a una de dichas vallas para celebrarlo tuvo repercusión en la prensa española, donde ahora pueden leerse resúmenes de la jornada de la liga tayika en medios como el AS.

Parece ser que Tayikistán está aprovechando la falta de fútbol en el mundo para hacer que una oscura competición de un país no conocido por su fútbol (ranking 121 de 210 según FIFA) sea la comidilla de los aficionados, estén dónde estén.
El fútbol turcomano ha vuelto
La autoridades turcomanas han decidido recientemente no dejar a Tayikistán solo ondeando el estandarte del fútbol centroasiático. Según Azatlyk, la competición domestica continuará el 19 de abril tras haber sido pospuesta a finales de marzo tras haberse disputado tres jornadas.
No debería sorprender que el régimen turcomano haya decido dar marcha atrás y continuar la liga. En sus esfuerzos por dar una sensación de normalidad, los eventos multitudinarios siguen teniendo lugar en el país, incluyendo la celebración del Día Mundial de la Salud con 7.000 ciclistas tomando las calles.
A diferencia que en Tayikistán, los seguidores podrán entrar en los estadios para ver al Altyn Asyr, que ha ganado sospechosamente las últimas 6 temporadas, levantar el trofeo una vez más. Sin embargo, si las gradas presentan un aspecto desolador no será por culpa del coronavirus ya que así están normalmente en un país en el cual el gobierno obliga a la gente a ir al estadio cuando juega la selección.
Una vez más, los deportes son una herramienta en el arsenal de un régimen autoritario. En este caso, las autoridades tayikas y turcomanas quieren negar la existencia de la pandemia en sus países, y retomar las competiciones de fútbol son otra forma para transmitir una anormal sensación de normalidad.
Para aquellos quienes el fútbol tayiko y turcomano no es suficiente, también pueden disfrutar, de momento, de las ligas de Bielorrusia, Nicaragua y Burundi.
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