La coartada electoral de Rahmon

Las elecciones presidenciales en Tayikistán darán un nuevo mandato al actual presidente, Emomali Rahmon. Sin embargo, para poder presumir de un proceso democrático, el mandatario necesita otros candidatos con los que ‘competir’, y los ha encontrado entre los partidos prefabricados de Tayikistán.

El 11 de octubre Emomali Rahmon ganará las elecciones para seguir gobernando el país. El resultado de los comicios presidenciales se sabe de antemano, con la única duda siendo el porcentaje del voto que Rahmon decida asignarse a sí mismo. A pesar de que las elecciones no sean ni justas ni libres, las autoridades las calificarán de proceso democrático, y para que sea así necesitan otros candidatos a los cuales pueda ‘enfrentarse’ el Líder de la Nación.

Cuatro candidatos han sido los elegidos por las autoridades para ejercer de cómplices en las urnas. Todos ellos son miembros de la cámara baja y lideran partidos pro-gubernamentales. Uno de ellos, Abduhalim Gaforov del Partido Socialista, se presentará a la presidencia por tercera vez. Uno supone que esperará mejorar sus resultados y pasar la barrera del 3% de los sufragios. Con 72 años, Miroj Aduloev es el más veterano de los contendientes. Un antiguo policía, Aduloev representará al Partido Comunista de Tayikistán. Mientras tanto, el diputado Rustam Lazifoda defenderá los intereses del Partido Agrario. Finalmente, Rustam Rahmatzoda, nombrado recientemente líder del Partido por las Reformas Económicas, completa la terna.

El único partido con representación en el parlamento que no tendrá su candidato es el Partido Demócrata, mientras que la única entidad opositora en el país, el Partido Socialdemócrata de Tayikistán, decidió boicotear los comicios debido a la falta de garantías democráticas.

Un rival inesperado

A principios de septiembre un anunció sorprendió a los analistas especializados en la nación centroasiática. Un abogado desconocido de apenas 30 años de edad oriundo del Alto Badajshán hizo pública su intención de presentarse a las elecciones. Haciendo referencia al abuso policial, Faromuz Irgashev dijo que sería un candidato más. No obstante, el sueño presidencial de Irgashev terminó antes de que empezase realmente, ya que al no poder recoger las firmas suficientes no fue admitido como candidato. Aunque era de esperar que si hubiese reunido las firmas necesarias, las autoridades no le hubiesen permitido presentarse.

Gaforov, Aduloev, Lazifoda y Rahmatzoda caerán en el olvido próximamente. Una vez hayan terminado las elecciones volverán a su anonimato relativo, ya que su papel como líderes de partidos pro-gubernamentales es irrelevante, al igual que su trabajo como diputados. Si tienen suerte, sus nombres aparecerán en notas a pie de página en la historia contemporánea de Tayikistán. Su función será la de acompañar a Rahmon en las urnas y darle una coartada democrática. Las apariencias, y no el contenido, son lo que importa en las elecciones de los estados autoritarios de Asia Central.

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