El 27 de marzo, un evento importante tuvo lugar en la estructura de poder de Tayikistán que no atrajo mucha atención con los artículos sobre el coronavirus copando las noticias. El hijo del presidente, Rustam Emomali, dio otro paso en su camino para suceder a su padre y fue elegido para representar a la capital en la cámara alta del país.

Un par de semanas después de que los tayikos acudiesen a las urnas para elegir un nuevo parlamento (Majlisi Namoyandagon), unos comicios que no fueron ni libres ni justos, sin libertad de prensa, resultados probablemente falsificados y con una oposición irrelevante, los nuevos integrantes de la cámara alta, la Asamblea Suprema (Majlisi Oli), tomaron posesión. Entre los nuevos senadores hay un nombre que destaca: Rustam Emomali, hijo del presidente de Tayikistán, alcalde de la capital e hipotético sucesor de su padre.

La Asamblea Suprema está compuesta por 33 miembros, 25 de los cuales son seleccionados por las asambleas locales de las cinco regiones del país (Sugh, Región bajo subordinación republicana, Jatlon, Alto Badajshán y Dusambé) y los 8 restantes son nombrados por el propio presidente. Dado que su padre es el presidente, no sorprende que la candidatura de Rustam fuese aprobada por unanimidad y, junto a la alcaldía de Dusambé, ahora sea también senador. Sin embargo, puede que esto no sea el final.

Según expertos locales y analistas políticos, es una posibilidad que Rustam también sea elegido como presidente de la cámara alta. Hay dos razones que apoyan esta teoría. En un primer lugar, el presidente de la Asamblea Suprema es el segundo puesto con más poder del país y, según la constitución, es el sucesor del presidente en caso de que éste resulte incapacitado para realizar su función o expire su mandato antes del plazo estipulado. Si se diesen alguno de estos escenarios, Rustam tendría asegurada la presidencia.

En un segundo lugar, de producirse dicho nombramiento estaríamos antes un patrón que comenzó en el 2017, cuando Rustam Emomali sustituyó en la alcaldía de Dusambé a Mahmadsaid Ubaidulloev, quien en la actualidad es el presidente de la cámara alta, un puesto en el que lleva desde el 2000. Ubaidolloev es una de las últimas personalidades que quedan de la guerra civil de Tayikistán (1992-1997) y durante los 90 fue uno de los hombres más poderosos del país, incluso más que el propio Rahmon. Al ascender a Rustam a la presidencia del senado, Rahmon no solamente ayudaría en las aspiraciones de su hijo sino también continuaría borrando lo poco que queda del pasado de Ubaidulloev, quien a principios de año vio como tres de sus socios fueron acusados de corrupción por la fiscalía. Parecería que Rahmon ha estado usando a su hijo para, entre otras cosas, defenestrar a Ubaidulloev.

Independientemente de lo que ocurra con Rustam Emomali en la Asamblea Suprema, parece que continúa con su ascenso hacia la presidencia. Se trata de una carrera calculada durante la cual ha ocupado diferentes puestos en la administración tayika, incluyendo el liderazgo principal agencia anticorrupción del país y el ascenso a mayor general antes de ser nombrado alcalde de Dusambé. Su elección a la cámara alta es otro paso más en su trayectoria para suceder a su padre. Esto, al menos, es lo que parece en la superficie.

Las transiciones de poder en Asia Central están siempre rodeadas de incertidumbres dada la falta de transparencia y la naturaleza autoritaria de sus regímenes. La posibilidad de una sucesión hereditaria es interesante ya que sería la primera vez que ocurre en la región, y algo parecido está sucediendo también en Turkmenistán. Lo que queda por ver es si el objetivo de Rahmon es que su hijo le suceda y, en ese caso, si tendrá éxito. Por el momento, Rustam Emomali puede familiarizarse con sus nuevos deberes como senador y pensar acerca de su próximo nombramiento. Puede ser que éste sea la presidencia de la Asamblea Suprema. De ser así, ¿qué será lo siguiente? ¿Un ministerio? Eso sería un paso atrás. A sus 32 años, el hijo de Rahmon ya se está quedando sin alternativas para su próximo trabajo en Tayikistán.