En plena Ruta de la Seda, Turkmenistán tiene un rico patrimonio histórico desconocido para el gran público. La política aislacionista del país y el limitado número de turistas que recibe contribuyen a esta falta de conocimiento. Desde ciudades medievales en el desierto a imponentes fortalezas, desde delicados mausoleos a importantes caravasares, las joyas históricas ocultas de Turkmenistán yacen en el olvido, esperando ser redescubiertas.
Los pocos turistas que consiguen entrar en el país más aislado de Asia Central seguramente visiten sus atracciones más famosas. El oasis de Merv, el antigua asentamiento parto de Nisa o los mausoleos de Kunye-Urgench, todos ellos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, son los principales reclamos para cualquier visitante. Mientras que estos monumentos acaparan, merecidamente, los focos, hay otros importantes yacimientos históricos apenas conocidos. Desgraciadamente, algunos de estos monumentos tienen el acceso restringido a turistas, lo que los hace más interesantes si cabe.
Dehistán, una ciudad en la Ruta de la Seda
En el árido paisaje de la región turcomana de Balkan, uno puede toparse con las ruinas de lo que llegó a ser en su día un importante asentamiento en el corazón de la Ruta de la Seda: la ciudad de Dehistán. Lo que ahora es tierra yerma fue un vergel hace siglos, con cultivos atravesados por una multitud de canales de irrigación. Situado en la ruta ente el norte de Irán y Jorasmia, Dehistán floreció entre los siglos X y XIV como un centro del comercio. Con su propio sistema de aguas y alcantarillado, casas de baños y calles adoquinadas, la ciudad se convirtió en un asentamiento importante a lo largo de las rutas de caravanas.
Dehistán vivió su mayor esplendor durante la dinastía anushteginida, el efímero imperio que llegó a extenderse desde el Cáucaso a las estepas de Asia Central antes de ser conquistado por Gengis Jan. La ciudad sobrevivió a los mongoles pero terminó acabó siendo abandonada en el siglo XV por la desaparición del río Uzboy. La mayoría de los restos que pueden admirar los visitantes se remontan a la época de los shas de Jorazmia.

Situado en un paisaje dramático, Dehistán, que lleva desde 1998 en la lista de aspirantes a Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, ha conservado las murallas de arcilla que rodean la forma rectangular del asentamiento. La estructura más destacable, que ha sobrevivido a la erosión y el saqueo, es el portal de la mezquita de Ala ad-Din Muhammad II, y los dos minaretes de la misma que quedan en pie, uno de los cuales se remonta al siglo XI (imagen principal). Este es el mismo soberano que provocó la ira de Gengis Jan y fue derrotado por el conquistador mongol.
Unos siete kilómetros al norte de Dehistán se encuentra el cementerio de Meshet, donde pueden verse varios mausoleos medievales. El más importante de éstos es el de Shir Kabir. Construido en la misma época que el mausoleo de Ismail Samaní en Bujará, Shir Kabir destaca por su mihrab de stucco que todavía retiene los pigmentos originales.
Dayahatyn, el caravasar por excelencia
Mientras que no existen restricciones formales para que los turistas visiten Dehistan, el siguiente monumento no recibe visitas debido a su proximidad a la frontera uzbeka. En las orillas del Amu Darya, el Oxus de la antigüedad, aguanta el paso del tiempo uno de los caravasares mejor preservados de Asia Central.

En la Edad Media, los caravasares eran edificios importantes que hacían las veces de posadas, mercados y fortalezas donde podían descansar y poner a resguardo sus bienes mercaderes y viajeros en general. Los caravasares jugaron un papel clave en las rutas que se extendían desde Constantinopla en el oeste a China en el este. Dayahatyn, en la provincia turcomana de Lebap, es un gran ejemplo de ello.

Construido originalmente en el siglo IX como una fortaleza por la dinastía tahirí, Dayahatyn fue transformado en un caravanserai en los siglos XI y XII por los selyúcidas. El edificio muestra las características propias de los caravasares, con sus gruesos muros y torres para mantener fuera a los bandidos, un patio interior al que llegaban los viajeros y una serie de habitaciones, todos ellas hechas de adobe. Uno puede imaginarse como debió ser Dayahatyn durante su máximo esplendor, lleno de mercaderes, soldados, derviches y otras gentes de lejanos lugares y distintas religiones.
Pese a que no puede visitarse, hay que destacar el proyecto de conservación, financiado por Estados Unidos, que se está llevando a cabo para restaurar el caravasar.
Mane Baba, una tumba para un poeta
En el sur de Turkmenistán, cerca de la frontera con Irán, se alza el mausoleo del sufí Abu Sa’id Abu’l-Jayr (967-1049). Conocido por sus poemas a través de los cuales transmitía su misticismo, Abu Sa’id Abu’l-Jayr fue un reputado intelectual cuya fama se extendió por el mundo islámico y que se granjeó el respeto de los gobernantes selyúcidas. Pese a pasar la mayor parte de su vida en Nishapur, fue enterrado en una tumba en su pueblo natal de Miana.
Construido durante la época dorada del Imperio selyúcida, el mausoleo fue modificado varias veces hasta el siglo XV. Cubriendo un área de 100 metros cuadrados, el edificio está coronado por una cúpula. Fuera, el portal de mosaicos azules contrasta con los ladrillos marrones, mientras que dentro la cúpula está decorada con motivos florales y los azulejos de mayólica cubren las paredes. Se trata de un gran ejemplo que encapsula los diferentes estilos arquitectónicos que se desarrollaron en la región durante la Edad Media.


Devkesken, la capital olvidada
A los aficionados a la historia de Asia Central seguramente les suene el Janato de Jivá, pero pocos conocerán el papel jugado por la ciudad de Devkesen, que fue la capital de lo que posteriormente sería el Janato de Jivá. En un rincón recóndito de la provincia septentrional de Dashoguz perviven los restos de la ciudad medieval que desempeñó un rol importante en la historia de Jorasmia.

El primer asentamiento en el lugar es de los siglos IV y III a.C., aunque la mayoría de lo que puede verse hoy en día pertenece a los siglos XV y XVI, cuando a la ciudad se la conocía por el nombre de Vazir. Tras la derrota de Muhammad Shaybai a manos de los safávidas, los gobernantes locales de Vazir se rebelaron contra los persas y proclamaron jan a Illbars. Éste acabaría gobernando la región de Jorasmia, incluyendo las ciudades de Urgench y Jivá, desde lo que hoy es Devkesken. Eventualmente la primera acabaría tomando el relevo de Vazir antes de que finalmente Jivá se convirtiese en la capital del janato. Sin embargo, Vazir mantuvo su importancia hasta finales del siglo XVI, cuando fue abandonada por cambios en el curso del río Amu Darya.
Hoy Devksken es un lugar imponente. Asentada encima de un acantilado, la fortaleza contempla la planicie desértica desde lo alto. La ciudadela destaca entre las otras estructuras que siguen en pie: las murallas y torres en la parte norte de la ciudad, una mezquita sin nombre y dos mausoleos de los siglos XV y XVI.
A pesar del potencial de Devkesken/Vazir y su importancia en la historia regional, pas autoridades tienen prohibida su visita debido a su cercanía a la frontera uzbeka. De hecho, según Google Maps, cuya precisión puede ser discutida, la frontera entre ambos países atraviesa el yacimiento.

A Turkmenistán no se le conoce por sus deslumbrantes monumentos, como es el caso de su vecino Uzbekistán. Sin embargo, el país posee un rico patrimonio histórico desconocido para la gran mayoría y que las autoridades, con sus restricciones para el turismo, hacen poco por promocionar. Estos monumentos son una simple selección de los tesoros ocultos de Turkmenistán. Desde al asentamiento de la Edad de Bronce de Gonur Depe a la fortaleza de Nadir Shah, desde la ciudad sasánida de Abiverd a las ruinas de la mezquita Annau, además de incontables mausoleos, Turkmenistán tiene mucho que ofrecer al visitante. Se trata de un país cuyo patrimonio espera a ser redescubierto.

[…] a caballo entre Turkmenistán y Uzbekistán, tiene su propio interés. Fundado en el siglo XVI, en Vazir en vez de en Jiva, el janato fue una entidad independiente y soberana durante más de tres […]
[…] en Jorasán, lanzó varias campañas en la región y conquistó importantes ciudades como Dehistán (Turkmenistán) y Nishapur (Irán). Una vez hubo asegurado su control sobre parte de Jorasán, […]
[…] y como vimos en Los tesoros ocultos de Turkmenistán (1ª parte), el país centroasiático tiene un importante patrimonio histórico desconocido para el gran […]
[…] nuestros días han llegado, entre otros monumentos, los mausoleos de Il-Arslan y su hijo Tekish. La ruinas de Dehistán, en Turkmenistán occidental, también representan el poder jorasmio. Fuera de la región, también […]