Otro paso más hacia una sucesión dinástica en Turkmenistán

El reciente nombramiento del hijo del presidente de Turkmenistán en diferentes puestos del gobierno refuerza las posibilidades de que suceda a Gurbanguly Berdimujámedov al frente de la nación centroasiática.

A mediados de febrero, los medios oficiales de Turkmenistán anunciaron los nuevos nombramientos de Serdar Berdimujámedov. El hijo del presidente pasa a ser viceprimer ministro, vicepresidente del Consejo de Ministros y miembro del Consejo de Seguridad Nacional. Una retahíla de títulos que tienen una clara interpretación.

Serdar no será el único viceprimer ministro en el país. Dada la estructura política de Turkmenistán, aquellos políticos que son más que ‘meros’ ministros reciben dicho título. El papel de primer ministro está reservado para el propio Gurbanguly Berdimujámedov. En su nuevo rol, el hijo estará a cargo de la “digitalización e introducción de nuevas tecnologías en las administraciones públicas y los sectores financieros, económicos y sociales”.

Su nombramiento como vicepresidente del Gabinete de Ministros es más relevante. De este modo Serdar es la segunda persona más importante en el gabinete tras el presidente del mismo, que resulta ser su propio padre. Su inclusión en el Consejo de Seguridad Nacional también es importante ya que dicho órgano aglutina a los jefes de los diferentes cuerpos de seguridad del país.

Un segundo Berdimujámedov?

La posibilidad de que Serdar suceda a su padre el frente de país lleva años rumoreándose. El hijo ha pasado por diferentes puestos de la administración, el último como Ministro de Industria y Construcción, habiendo sido gobernador de la importante provincia de Ahal antes de tener cartera ministerial. Pero siempre ha habido dudas sobre ello.

Los últimos movimientos por parte del presidente parecen reforzar la probabilidad de que Turkmenistán haga frente a una sucesión dinástica. Tal y como informa el profesor Luca Anceschi, las últimas noticias podrían deberse a una creciente amenaza dentro del propio régimen o la incapacidad de su padre para lidiar con la crisis del país.

Aunque la posibilidad de tener otro Berdimujámedov gobernando el país parece ser ahora más real, hay otros factores a tener en cuenta. En primer lugar, las preferencias de las élites del país, que aunque no sean muy amplias todavía juegan un papel. En su día estuvieron detrás de la súbita ascensión al poder de Berdimujámedov tras la muerte de Saparmurat Niyazov, y no está claro como reaccionarían tras el fallecimiento del presidente.

En segundo lugar, está el papel desempeñado por actores externos. En este caso, aunque China es el principal socio comercial de Turkmenistán, la vista debería estar puesta en Moscú y no en Pekín. Si Rusia no está de acuerdo con el ascenso de Serdar, sería difícil verle sucediendo a su padre.

En tercer lugar tenemos al pueblo turcomano. Dentro del país la oposición al régimen es prácticamente inexistente y, aunque va a más, en el extranjero todavía es débil. Diferentes protestas han tenido lugar últimamente en Turkmenistán, unas 18 entre 2018 and 2020 según The Oxus Society, pero en su gran mayoría son a pequeña escala y sobre temas locales. Turkmenistán lleva años inmerso en una crisis económica y las cosas están ahora peor que nunca debido a la pandemia y a la nefasta gestión del gobierno. El pueblo turcomano lleva tiempo aguantando lo indecible, pero en algún momento una gota colmará el vaso.

Turkmenistán no puede permitirse ser gobernado por un segundo Berdimujámedov, una persona conocida por su comportamiento despótico. El pueblo turcomano se merece algo mejor.

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